De las múltiples opciones que se presentan a quienes se han visto forzados a emigrar, Ecuador se ha perfilado como una de las más viables. La cercanía con Venezuela, hablar el mismo idioma, compartir una herencia histórica y las reminiscencias de las buenas relaciones que existieron en el marco de la Comunidad Andina de Naciones, son quizás algunas de las razones que han llevado a muchos venezolanos a ver en aquella nación la patria de acogida.
Es por ello que la cifra de venezolanos que radicados en “el medio del mundo” ha crecido de manera exponencial: de acuerdo con los datos de las autoridades de inmigración, en 2013 apenas 501 venezolanos no reportaron su salida del país, cantidad que en 2014 se elevó a 3.112 y pasó a 8.078 en 2015.
Para en 2016 se produjo una verdadera oleada. Aunque sin cifras oficiales, se estima que unos 28.347 venezolanos decidieron radicarse en esa nación, de acuerdo con los datos manejados por la Organización Civil Venezolanos en Ecuador, tomando como base el número de ciudadanos que ingresaron y no reportaron su salida.
De hecho, según declaraciones a The Associated Press, Nelly Reina, jefa de migración en el puesto fronterizo de Carchi (límites con Colombia), cada día unos 2.000 venezolanos ingresan a suelo ecuatoriano. “Hasta hace poco el promedio de un mes de unos 800 ingresos, pero ha subido de forma considerable”, dijo la funcionaria recientemente a la agencia.
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Sin embargo, es justo señalar que Ecuador es paso obligado de miles de venezolanos que han decidido dirigirse a destinos más lejanos, como Perú, Chile o el norte de Argentina, muchos de los cuales no son registrados por las oficinas de de migración.
La capital manda
Dolarizada desde 2.000, por varios años la economía ecuatoriana fue vista como modelo a seguir por otros países que atraviesan procesos inflacionarios de envergadura, y aunque ahora se sabe que la administración de Rafael Correa mantuvo una bonanza ficticia sustentada en el endeudamiento, Ecuador sigue siendo un país relativamente estable.
Con un salario básico que en la actualidad se ubica en 379 dólares, el sueldo real promedio es de unos $400, monto que asciende a entre 700 y 800 dólares si se trata de un profesional con experiencia media (en algunos casos excepcionales pueden llegar a $800).
Quito, la capital, es la ciudad más atractiva por los migrantes, pues como cualquier gran ciudad ofrece la mayor cantidad de oportunidades, aunque también resulta más costosa.
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Manuel Lira, periodista venezolano que hace dos años decidió radicarse en allá, asegura que alquilar una habitación en un zona de clase media cuesta entre 45 y 60 dólares, mientras que alquilar un apartamento de dos habitaciones puede significar de 100 a 150 dólares. “Se puede conseguir algo en una buena zona por 300 dólares, es cuestión de buscar”, dice Lira.
El transporte público no es costoso. El pasaje en autobús con trayecto ilimitado cuesta 25 centavos, lo que significa que al mes se invierten cerca de 15 dólares en ir y venir al trabajo, suponiendo que debe tomar dos colectivos por cada vía. La tarifa mínima de un taxi es de $ 1.50 en el día y $ 1,75 en la noche.
Inflación cero
Con una inflación anualizada que para agosto pasado alcanzó a 0,28% según datos oficiales, alimentarse en Ecuador resulta relativamente barato.
De hecho, Manuel Lira dice que incluso haciendo las compras en un supermercado ‘sifrino’ y adquiriendo algunos productos no esenciales, resulta bastante económico: el mercado de un mes para una familia de cuatro personas oscila entre 200 y 250 dólares, a lo que se deben sumar otros $40 correspondiente a proteína animal (carne, pollo, pescado) y otros $20 de verduras y frutas. En total serían unos 300 dólares al mes para cuatro personas.
Sin embargo, si de ahorrar se trata, el gasto mensual para una sola persona oscila entre 60 y 70 dólares, con lo cual se satisfacen las necesidades alimenticias básicas.
Playa o montaña
Guayaquil, la ciudad industrial por excelencia, y Cuenca, la Mérida ecuatoriana, son las otras grandes urbes del país y destinos preferidos por los migrantes de cualquier nacionalidad.
Ormuz Sojo, venezolano que desde hace tres años reside en el ‘ombligo del mundo’, dice que Guayaquil está a la par de Quito en cuanto a gastos de alquiler, alimentación y transporte, pues la tarifa del pasaje es nacional y la inflación prácticamente no existe.
“Incluso en Guayaquil se puede alquilar un apartamento céntrico sin amoblar por unos 130 dólares, más barato que en Quito. El costo promedio de la habitación es similar, unos 45 dólares”, dice.
Donde sí cambia la cosa es en Cuenca. Además de ser la capital turística del país, su idílico clima y una creciente atracción entre los místicos que la ven como el próximo centro energético del planeta la han convertido en destino de miles de estadounidenses y europeos, cuya llegada ha encarecido el costo de la vida.
Hugo Vilchez, quien junto a su esposa y dos hijos se mudó a Cuenca hace más de dos años, refiere la ciudad es vista como la más cara de Ecuador, algo que se evidencia sobre todo en el alquiler: una habitación puede rondar los 70 dólares, mientras que un apartamento promedio (dos habitaciones) oscila entre 220 y 500 dólares, según la zona.
Si se alquila un apartamento se debe agregar el costo de los servicios, siendo la electricidad el más caro (hasta 30 dólares).
El transporte cuesta exactamente lo mismo que en cualquier otra ciudad, mientras que el gasto alimentario se asemeja al necesario para vivir en Quito: unos 250 dólares para una familia de cuatro miembros con algunas compras suntuarias.
En conclusión:
Alquiler: 50 dólares
Alimentación: 70 dólares
Transporte: 15 dólares
Otros: 15 dólares
Total: 150 dólares
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