En promedio cada bomba cuesta Bs 18.745,56 a tasa Simadi
Este martes médicos del Hospital José María Vargas protestan contra la escasez de medicamentos e insumos que pone en entredicho el desempeño de sus labores. Pegaron varios mensajes en las instalaciones del centro de salud, entre ellos uno que rezaba lo siguiente: «Una lacrimógena cuesta Bs 180.000. ¿Cuántas gazas se comprarían con eso?»
Una investigación de Descifrado halló que las bombas lacrimógenas usadas por organismos de seguridad tienen precios que oscilan entre los 9 y los 46 dólares por unidad, con un promedio de 26 dólares. Este último monto equivale a Bs 18.754,58 a tasa Simadi y a 143.203,58 en el mercado paralelo.
Con esos 26 dólares, el Gobierno pudo haber adquirido más de 200 inyectadoras deshechables (un paquete de 100 se consigue en 11,98 dólares). O pudo comprar al menos 200 guantes quirúrgicos, que en una caja de 100 unidades valen 9,75 dólares. También habría sido posible adquirir 24 rollos de gazas (18,95 dólares el paquete) o 6 rollos de cinta adhesiva quirúrgica de cinco metros de largo (4,15 dólares la unidad).
Un texto reciente del diario Tal Cual detalló que los organismos de seguridad que reprimen protestas usan un promedio de entre 300 y 400 lacrimógenas por cada convocatoria de la oposición. Ya han pasado seis semanas de protestas en las que por lo general hay manifestaciones en cuatro días de cada siete. Entonces, por lo bajito, el gasto total en bombas lanzadas sería de 187.200 dólares.
Dicho monto implica la posibilidad de comprar 1.560.000 inyectadoras desechables, o 3.840.000 guantes quirúrgicos, o 237.087 rollos de gazas, o 45.108 cintas adhesivas quirúrgicas. Esta situación es lo que motiva la protesta de los médicos de hoy. Mientras, las bombas siguen cayendo y quienes se tratan en hospitales públicos tienen que adquirir por su cuenta los insumos médicos que ahí no se consiguen. Algunos de ellos son heridos por los impactos de las lacrimógenas disparadas de forma horizontal. La prioridad que el Gobierno da al gasto público es evidente.
Foto de Gabriela González