Bernardo Rotundo, presidente del Circuito Gran Cine, explicó a Descifrado que la merma en la economía nacional también ha afectado a la industria cinematográfica. No solo son las producciones que se hacen en Venezuela sino la llegada de películas al país; los grandes estrenos a nivel mundial y las películas llamadas “de autor” o de arte y ensayo.
“En los últimos 10 años han cerrado las salas de arte y buen cine Centro Plaza, Margot Benacerraf, Cine prensa, y Celarg cinemateca. Solo quedan para películas no tan comerciales los cines Paseo de la fundación Trasnocho cultural, cine Celarg 3 y la cinemateca nacional; esta última con una programación poco difundida y un poco incongruente”.
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Esta radiografía no cuenta otras salas cerradas de cine comercial como las de Santa Fe, Plaza Las Américas, Humboldt, Cine Baralt, Obelisco, Continental, Radio City, Broadway o las que nunca abrieron como las de los cines del Sambil La Candelaria que fue expropiado por el gobierno nacional. Todas están ubicadas en Caracas.
También informó que la crisis económica y la ausencia de divisas destinadas al sector cultural han afectado notablemente la actividad cinematográfica, particularmente en los últimos tres años.
“En el año 2015 cerramos con 30 millones de espectadores y en diciembre de 2018 llegamos a los 13 millones; es un descenso gigantesco en 3 años. Se estima que al cerrar el año 2019 lleguemos a 10 millones”.
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Aclara Rotundo que el cálculo de los espectadores se hace con base en las veces que va una persona al cine. “Son 30 millones de boletos vendidos, según datos de la asociación de exhibidores de películas (Avep) que aglutina a todas las salas de cine del país”.
Es de destacar que hay un porcentaje de la población, un 20%, que acude al cine con frecuencia mensual. Otro 40% acude a una o dos películas. El resto va al cine de forma intermitente, cuando lo invitan o cuando aparece una película que le interese. Es una cifra per cápita muy baja”.
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La situación en el interior del país tampoco es buena para los circuitos de exhibición de cine de arte y ensayo o comercial. En estos estados no hay salas de cine: Vargas, Amazonas, Yaracuy, Cojedes, Sucre, además de Ciudad Bolívar y el circuito de los Valles del Tuy.
Bernardo Rotundo da otro ejemplo de cómo ha mermado la actividad cinematográfica nacional “la distribuidora Fox se fue del país, una de las más importantes. Traía entre 12 y 20 películas por año. Este año, a duras penas, llegaremos a cuatro. Y son películas realizadas por productores venezolanos que nos han regalado sus películas. Del buen Cine internacional, independiente, tenemos tres años que no podemos traer o importar ninguna. El cine de factura independiente no llega al país o muy poco. El Festival de Cine Latinoamericano se dejó de hacer hace cuatro años, igual que Festival de Cine Independiente USA. La compra de repuestos para los equipos de proyección son todos importados. Cambiar un bombillo de un proyector vale fortunas”.
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