Las universidades públicas de Venezuela están en «decadencia» debido a la crisis económica, lo que se traduce en falta de profesores, deserción estudiantil, bajos salarios, deterioro de infraestructuras y una paralización de las investigaciones, según un informe de la organización no gubernamental Fundaredes.
El escrito, titulado «de la excelencia a la decadencia», asegura que en los últimos 11 años, el Gobierno ha reducido en un 97,9% el presupuesto de 72 instituciones de educación superior gratuitas, «afectando la formación y capacitación del talento humano, el mantenimiento de la planta física y programas de extensión de las universidades».
«Desde el año 2014, el sistema político, social y cultural venezolano entró en su etapa más nefasta, lo que ha dejado instalaciones educativas destruidas, salarios de hambre para el personal docente, administrativo y obrero», dice el informe, en alusión a la contracción económica que se extendió ocho años hasta mediados de 2021.
La ONG centró su estudio en los estados Zulia y Táchira (fronterizos con Colombia), Bolívar (limítrofe con Brasil) y Delta Amacuro que, a través del mar Caribe, colinda con Trinidad y Tobago.
«La falta de pagos dignos y el desinterés del Estado en respetar los derechos de los docentes» ha llevado a estos a migrar a países como Ecuador, Colombia, México, Chile y Brasil, en búsqueda de mejores salarios y condiciones laborales, prosigue el escrito.
Fundaredes considera fundamental que se tomen acciones urgentes «para mitigar el colapso en el que se encuentra el sistema educativo», especialmente en una mejora de los salarios, que se ubican por debajo de los 100 dólares mensuales.
El Gobierno venezolano informó el martes que, a través de un programa gubernamental creado en 2019, ha recuperado 17 universidades, lo que incluye mejoras en un millar de aulas de clases, trabajos de iluminación, reparación de pupitres y ventanas e impermeabilización de los techos.
Sin embargo, los salarios de los empleados públicos, así como las pensiones que reciben cuatro millones de ancianos y jubilados, se mantienen congelados desde marzo de 2022, cuando el presidente Nicolás Maduro fijó en 130 bolívares el ingreso mensual, que equivale hoy a 3,74 dólares (unos 3,56 euros).
EFE
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