Las mayores economías de América Latina, Brasil y México, deberán soportar crecientes déficits este año a medida que los gobiernos se ven forzados a luchar contra la recesión desatada por la pandemia del coronavirus, mostró un sondeo de Reuters.
Pero cualquier retroceso hacia la laxitud fiscal a largo plazo podría amenazar la recuperación en el futuro.
Esto plantea un nuevo riesgo que se suma a las preocupaciones existentes sobre la actitud del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su contraparte mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hacia la situación de emergencia global.
El producto interno bruto (PIB) de Brasil se contraerá 2,5% en 2020, de acuerdo con la estimación mediana en un sondeo de 45 analistas realizado del 13 al 21 de abril, hundiendo a la mayor economía latinoamericana de nuevo en la recesión luego de tres años de crecimiento débil.
El panorama oscuro, una rebaja desde la proyección de una expansión marginal de solo 0,3% en un sondeo preliminar el mes pasado, ahora está acompañado por incipientes temores acerca del “presupuesto de guerra” de Bolsonaro contra el virus.
Para 2021, los analistas predicen un crecimiento de 3%, contra estimaciones de 2,3% en una encuesta en marzo.
Los mayores gastos y menores ingresos resultantes de la crisis revertirán años de frugalidad y harán que el déficit primario salte a 6,0% del PIB, empujando la deuda bruta a un récord de 85% para fines de 2020, de acuerdo con respuestas de analistas a preguntas por separado.
Los funcionarios dicen que esos indicadores extremos serán manejables y una mayoría de 10 entre 15 economistas en el sondeo coincidieron en principio, afirmando que las medidas de urgencia fiscal, combinadas con recortes de tasas de interés del banco central, deberían impulsar el crecimiento en 2021.
Sin embargo, 12 de 14 economistas que respondieron otra pregunta diferente vieron los riesgos para la economía sesgados a la baja si el país no logra mostrar claramente cómo hará para restablecer la austeridad una vez que haya pasado lo peor de la pandemia.
“Tenemos que saber cuánto durará la pausa de las reformas que estaban llevando a los mercados a descontar cambios estructurales positivos, y cuál será el desvío de los gastos”, dijo Rafael Silotto, gerente de cartera de Brasilprev en Sao Paulo.
La recesión en curso en Brasil, actualmente atravesando su primer y peor trimestre con una pérdida del PIB estimada en 5,7% en el período, elevaría la tasa de desempleo a 13,1% a fin de año desde 11,6% en febrero.
Como en Brasil, las cuentas públicas de México también están en una situación delicada. El resultado primario pasaría a -2,5% del PIB este año desde un superávit de 1,4% en 2019, al tiempo que la deuda bruta fue estimada en 54%, unos 9 puntos porcentuales más alta.
La encuesta apuntó a una contracción económica de 5,1% en 2020, mayor al descenso en la actividad del 2,6% proyectado en marzo.
“El tiempo es el factor clave”, dijo Alejandro Saldaña, economista jefe de Banco Ve por Más en México DF. “A mayor duración de la contingencia, mayor será el tiempo que se detenga la actividad, así como sus secuelas”.
Con información de Reuters / Gabriel Burin.
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