Venezuela podría cerrar el 2024 con una producción de 100.000 toneladas métricas de camarones, posicionándose entre los diez principales exportadores mundiales, según el economista Asdrúbal Oliveros.
Este sector es crucial para la economía y el mercado de divisas del país. La mayoría de las granjas camaroneras están situadas en la orilla oriental del Lago de Maracaibo, una región afectada por derrames de petróleo que han contaminado las aguas y dañado los ecosistemas marinos.
A pesar de los desafíos ambientales y económicos, la industria camaronera ha crecido exponencialmente en los últimos 25 años, exportando alrededor del 95% de su producción. Según Arnaldo Figueredo, director ejecutivo de la Sociedad Venezolana de Acuicultura, más de 19.000 hectáreas de estanques camaroneros existen en el país, aunque la mitad están cerrados debido a la crisis económica.
El mayor desafío ambiental son los constantes derrames petroleros en el Lago de Maracaibo y el Golfo de Coro. Néstor Pereira, experto en ecología acuática, explicó que estos derrames continúan debido a la falta de mantenimiento de la infraestructura petrolera. En 2023, Venezuela registró 86 derrames de petróleo, la mayoría en los estados Zulia y Falcón.
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Para enfrentar estos problemas, la industria ha desarrollado sistemas de producción más sostenibles, como el Sistema de Acuicultura de Recirculación (SRA), que reduce la dependencia del agua del lago y utiliza probióticos para mejorar la salud de los camarones.
La producción se ha intensificado, con ciclos de cultivo más cortos y una mayor densidad de camarones por hectárea. Estas mejoras han llevado a once empresas camaroneras a obtener la certificación del Aquaculture Stewardship Council (ASC), que evalúa el bienestar de los trabajadores, la implicación comunitaria, la eficiencia de los recursos y la responsabilidad ambiental.
En 2023, las exportaciones de camarón de Venezuela alcanzaron los 214 millones de dólares, con destinos principales en Holanda, Francia y España, y un mercado en crecimiento en China. Oliveros destacó que el sector camaronero es clave para la economía venezolana y el mercado de divisas.
Fernando Villamizar, presidente de la Asociación de Productores de Camarón del Occidente (Asoproco), anticipa un crecimiento significativo en 2024, con una producción proyectada de 60.000 toneladas métricas, un 50% más que en 2023. Este aumento posicionaría a Venezuela entre los 10 principales exportadores de camarón del mundo.
Los productores de camarón presionan por un suministro estable de diésel y electricidad, esenciales en un país con frecuentes apagones y refinerías paralizadas. Además, buscan una reducción del 50% en el impuesto de exportación para mejorar su competitividad.
La inversión en investigación acuícola es crucial para avanzar. Pereira destacó la necesidad de una política coordinada entre la academia, los productores y el Estado para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del cultivo de camarones. Figueredo subrayó la importancia de un clima regulatorio estable y la incorporación de concesiones marino-costeras para impulsar el sector.
Con estos esfuerzos, Venezuela podría alcanzar la meta de 100.000 toneladas métricas de producción de camarones en 2024, consolidándose como un jugador importante en el mercado global.
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