La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) considera que la situación económica y social del país requiere de un nuevo modelo donde el sistema agroalimentario juegue un rol de primerísima importancia.
Durante la Asamblea Anual de Fedeagro celebrada este año en Valencia, en el estado Carabobo los productores consideran que mientras se concibe ese nuevo modelo se deben resolver los problemas
de la coyuntura, evitando erosionar más las bases económicas y sociales por
transformar y concentrarse en dos ciclos productivos al año a la vez.
En la Asamblea Anual, cuyo lema fue “Temas Claves para Avanzar en 2024”, los productores analizaron
los aspectos vitales que cercan las posibilidades de los agricultores y propusieron las acciones que les permitirá mantenerse activos y operando en el momento de la construcción y ejecución del modelo necesario.
A continuación el texto íntegro de la declaración
Declaracion de Valencia 2024
Atendamos la coyuntura para no profundizar la crisis estructural
Hace diez años, realizamos la Asamblea Anual de Fedeagro en el mismo lugar
y con similar audiencia, en esa oportunidad el lema del evento fue, “La
Tarea: producir para Abastecernos” y el programa se centró en destacar el
rol de la agricultura en el desarrollo del país y en una propuesta de la
Confederación para salir de la crisis agrícola titulada “Más maíz, Más País”,
en cabeza de este rubro; pero aplicable a todas las cadenas agroalimentarias.
Nos acompañó, con una conferencia magistral, Alysson Paolinelli (†), premio
mundial de alimentación, padre de la agricultura tropical en América Latina y
líder impulsor de la transformación evolutiva de la agricultura brasileña.
La Asamblea del 2014, evaluó la situación de la agricultura para la época, e
hizo énfasis en las causas que motivaban su compleja problemática,
destacando, entre otros aspectos: la inseguridad jurídica, los controles sobre
la economía, la desinversión en infraestructura productiva, el retraso
tecnológico, la deficiencia de los servicios públicos en el sector rural, el
desbalance entre el crecimiento de los costos de producción agrícola y los
precios a nivel del productor, la inseguridad personal y de bienes de los
agricultores.
Para cada uno de estos temas, se indicaron acciones y políticas públicas para
superarlos; pero igualmente se subrayó a los agricultores la necesidad de
optar, con ayuda oficial, por tecnologías menos intensivas en capital y en
armonía con el ambiente, la introducción de rubros alternativos de
comprobada adaptabilidad a nuestras condiciones agroecológicas, el rescate
de rubros de tradición en el país (café, cacao, caña de azúcar, frutas
tropicales y hortalizas) y la importancia de desarrollar una agenda
exportadora bajo el concepto de producir para exportar y la definición de
claros estímulos para incentivar esta actividad.
Diez años después, algunos de estos planteamientos se han atenuado, otros
se han profundizado y nuevas circunstancias y elementos sectoriales y del
entorno, constituyen el centro de nuestra atención, haciéndose presentes en
los debates y deliberaciones de la Asamblea de este año.
La situación económica y social del país requiere de un nuevo modelo donde
el sistema agroalimentario juegue un rol de primerísima importancia. No
obstante, mientras la sociedad lo concibe, debemos resolver los problemas
de la coyuntura, evitando erosionar más las bases económicas y sociales por
transformar y concentrarnos en dos ciclos productivos al año a la vez, y ese
fue el fundamento de nuestra Asamblea Anual, cuyo lema fue “Temas Claves
para Avanzar en 2024”. El programa desarrollado nos permitió analizar y
debatir aspectos vitales que cercan las posibilidades de los agricultores,
proponiendo acciones que los mantengan activos y operando en el momento
de la construcción y ejecución del modelo necesario.
Hubo consenso en superar las limitaciones que nos impiden crecer
sostenidamente al ritmo necesario, atacando, entre otros, los siguientes
temas:
La descapitalización de los agricultores como consecuencia del
incremento de los costos de producción, el decrecimiento de la
productividad (impactada por el clima) y de los precios a nivel del
productor. Insistimos nuevamente en la agricultura de contrato y
acuerdos de competitividad de las cadenas agroalimentarias.
Las restricciones crediticias del sistema financiero, producto de la
política de encaje legal en el BCV. Entiéndase es imposible crecer sin
apoyo crediticio, la descapitalización apuntada anteriormente conspira
contra el autofinanciamiento.
El crítico y recurrente desabastecimiento de combustible
La competencia de importaciones libres de aranceles e impuestos y el
contrabando.
La contracción del consumo en alimentos claves en la dieta y de
importancia sustantiva en regiones y ejes productivos.
La falta de incentivos a la producción agrícola, la protección ambiental,
la innovación tecnológica y la sustentabilidad.
El agotamiento del parque de maquinaria, equipos e implementos
agrícolas. (con el parque actual poco se puede crecer).
La inseguridad de bienes y personas, la vialidad agrícola, el suministro
eléctrico y los servicios públicos del sector rural; a pesar de ser
aspectos de orden estructural deben abordarse igualmente en el corto
plazo.
Es importante destacar la dedicación y el esfuerzo de los agricultores de todo
el país que, venciendo las dificultades y adversidades, siguen al frente de sus
unidades de producción produciendo alimentos, criando animales,
sembrando cultivos y conciencia ciudadana en la población venezolana.
Esperamos que en los dos ciclos productivos de este año, el primero de los
cuáles está por iniciarse, mejoren las condiciones del país y el Clima y las
instituciones públicas y privadas coadyuven en favor de la agricultura para
alcanzar resultados convincentes y esperanzadores.
En Valencia a los 25 día del mes de abril de 2024
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