Una representación de las Cámaras Empresariales Venezolanas en el Exterior (CAVEX) estuvo presente en la pasada Conferencia Internacional de Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos organizada por la Unión Europea (UE) y el Gobierno de Canadá en Bruselas.
El Político
En esta conferencia participaron la comunidad internacional, representantes de los países receptores de ciudadanos venezolanos y países donantes que brindan recursos económicos con el objetivo de apoyar la respuesta humanitaria a los refugiados y migrantes de Venezuela.
Por qué es importante
Durante el segmento de alto nivel, realizado el último día de conferencia, estuvo presente el sector privado con la participación de la Cámara de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Venezolanos en el Exterior (CAVEX).
En nombre de la organización, Jeanelie Briceño, directora ejecutiva, invitó a los países donantes a sumarse al trabajo de CAVEX “invirtiendo y generando condiciones para la importación y exportación en los países de acogida de América Latina y El Caribe que es donde hay mayor cantidad de migración; pues solo a través de la generación de empleos se podrá conseguir mejores condiciones de vida para los venezolanos migrantes.”
Al mismo tiempo y con cifras, Briceño dio a conocer el impacto positivo de la migración venezolana en los países receptores.
“Solamente en Panamá, más de 5 mil empresarios, en su mayoría pequeños y medianos y emprendedores, han invertido más de $ 1.800 millones generando más de 40 mil empleos para panameños y nacionales».
«El aporte de los venezolanos en el Perú equivale a las mejoras y el equipamiento de más de 351 instituciones educativas públicas”
Resaltó Briceño que «en República Dominicana, 40.15% de los migrantes cuentan con estudios superiores, incluyendo doctorados y maestrías, y 17.39% con estudios técnicos superiores».
«De esa migración, 83.31% está actualmente trabajando en la academia y en los sectores productivos y de servicios”.
Un aporte positivo
“Las migraciones siempre son un aporte para los países receptores, esto es a través del consumo, de los servicios, pagos de impuesto y gasto en general” expresó Jeanelie Briceño.
Todas estas cifras surgen de los Estudios de Medición de Impacto Económico de la Migración Venezolana en los países de acogida que se han llevado adelante desde CAVEX.
Estudios que actualmente se desarrollan en Chile y Costa Rica gracias al apoyo de la Organización Internacional de las Migraciones, OIM, con el financiamiento de la Cooperación de Suecia.
Estas mesas de trabajo de alto nivel representan una oportunidad para la migración venezolana.
Según anunció el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, este 2023 la comunidad internacional destinará 855 millones de dólares para apoyar la respuesta a las necesidades humanitarias y proyectos de desarrollo de los refugiados y emigrantes de Venezuela y de las comunidades de acogida afectadas que lo necesiten.
De este total, 525 millones de dólares serán subvenciones y 330 millones de dólares préstamos.
Estos compromisos asumidos y el destino de estos recursos son subvenciones y préstamos no reembolsables.
Las subvenciones se refieren a las entregas de dinero utilizadas en actividades de interés público y/o social por lo que no existe la obligación de reembolso.
Mientras que los préstamos son una forma de financiamiento que constituyen una deuda legal para el receptor, las instituciones con promesa de realizar estos préstamos son el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
Al revisar el Informe de Seguimiento Financiero de la Conferencia Internacional de Donantes 2020 y 2021, se observa que un poco más de la mitad de estos fondos se destinan a la asistencia humanitaria y el resto al desarrollo de proyectos humanitarios por país receptor. Este porcentaje de asignación se ha mantenido constante entre las conferencias de 2020 y 2021[1].
Es importante resaltar que los fondos de asistencia humanitaria tienden a asociarse con situaciones de emergencia o, con necesidades rápidas de apoyo, por lo que necesitan desembolsos en el corto plazo mientras que los proyectos de desarrollo son de largo plazo, pues en la mayoría de casos son proyectos plurianuales.
En ese sentido, a Colombia y Venezuela, países que requerían fondos para ayuda humanitaria, se les asignó en el 2021 más de la mitad de todos los compromisos de subvención. Mientras que a Belice, Uruguay y Panamá se les destinó la mayor proporción de fondos a proyectos de desarrollo y no a proyectos humanitarios.
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