BID Invest: El impulso a las mujeres debe venir de la inversión

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Cortesía BID Invest

El cierre de brechas de género en las empresas llevará a una clara mejora de los índices de productividad y competitividad en América Latina y el Caribe (ALC). Ayudemos al sector privado a que ponga manos a la obra.

Solo el 49% de las mujeres de la región tiene una cuenta bancaria, apenas un 11% ahorra y un 10% dispone de crédito, según estimaciones de la ONU. Por otro lado, un 1% de las emprendedoras (frente al 7% de los hombres) logra acceder a fondos de capital privado, inversionistas ángeles, o capital semilla para financiar sus negocios.

Para cerrar esta brecha, hay que invertir de manera más inteligente y responsable. Esto es lo que llamamos inversión con lente de género (GLI por sus siglas en inglés) que, además, procura un gran impacto social y un retorno en la inversión seguro y sostenible a largo plazo, generando rentabilidad mientras se avanza en la igualdad de género.  

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La pregunta entonces no hay de ser qué, sino cómo. 

Un primer lente se enfoca en invertir en empresas que promuevan el liderazgo femenino dentro de su organización. Esto va desde la plantilla hasta las juntas directivas y/o comités de inversión. El segundo consiste en invertir en negocios o empresas que sean propiedad y/o están dirigidas por mujeres. Y el tercer lente promueve la inversión en compañías que desarrollen productos y servicios que mejoren la calidad de vida de las mujeres.

Este tema fue debatido recientemente en Decididas, un evento sobre las oportunidades y retos para las mujeres, realizado en Ciudad de México como abrebocas a la conmemoración del Dia Internacional de la Mujer. Allí, en un panel con profesionales de las finanzas y empresarias, Maria Ariza, Directora General de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), nos habló sobre la importancia de incluir mujeres en los directorios. Según ella “todo permea de arriba hacia abajo. Desde la conciencia de un gobierno corporativo en donde la diversidad busca justamente ir desencadenando iniciativas a lo largo de las instituciones (…) esto hace que inmediatamente haya cambios hacia abajo”

Las empresas que incluyen y empoderan a las mujeres en las diferentes etapas y jerarquías de su negocio tienen un mejor desempeño, y una mayor productividad que aquellas que no lo hacen. En esta conversación dimos un ejemplo muy ilustrativo tomado de un reporte del Council of Foreign Relations: de cerrarse las brecha de género el crecimiento del producto interno bruto de América Latina podría ser de hasta un 26% en promedio. 

Por ejemplo, los fondos de inversión que tienen un equilibrio de género en su cartera de inversión, disminuyen su perfil de riesgo y mejoran su rentabilidad. Las empresas más diversas en sus cadenas de mando toman mejores decisiones estratégicas, tienden a ser más productivas y compiten mejor en el mercado. Y las instituciones financieras que aumentan su inversión en clientes mujeres se benefician de una menor tasa de mora y una mayor fidelidad a largo plazo. 

Estos datos también fueron confirmados por otra de las panelistas en el evento Decididas. Leticia Robles, vicepresidente de Relaciones Institucionales, Desarrollo de Negocio e Impacto de Konfío – una fintech que impulsa a pequeñas y medianas empresas y que ha sido acompañada por BID Invest con servicios de asesoría en temas de género – explicó que “las pymes que apoyamos crecen un 25% cuando tienen acceso a crédito. Pero al dividir estas pymes entre las que son lideradas por hombres y mujeres, nos damos cuenta que las últimas crecen en ventas un 40% y las de los hombres  un 19%”.

Son innegables las ventajas de este tipo de inversiones y. como en BID Invest tenemos como objetivo generar impacto positivo en ALC, nos hemos dado a la tarea de que estas “nuevas gafas de desarrollo” estén en todo lo que hacemos.  ¿Cómo lo estamos haciendo? 

Lo primero es incluir condiciones para nuestra inversión. Por ejemplo, para invertir en un fondo, éste debe tener al menos una mujer en sus comités de inversión. Si no, no participamos.

Por otro lado, enlazamos acciones de género a nuestros préstamos. Por ejemplo, para promover la contratación de mujeres en áreas tradicionalmente masculinas. Gracias a esto el 15% de la fuerza laboral de construcción y mantenimiento de una planta solar en Brasil es femenina. 

En el sector financiero, aumentamos el acceso al crédito en sectores específicos. Por ejemplo, incrementando los préstamos a mujeres agrícolas de las áreas rurales de Ecuador junto a Banco Pichincha.

No está demás mencionar que, además de lo que hacemos para nuestros clientes, a nivel interno también hemos afinado nuestra visión. Tenemos una estrategia de equidad de género que analiza la brecha salarial, las diferencias de género en rangos de responsabilidades, la capacidad de nuestra institución para ofrecer un equilibrio personal y profesional, y el sistema de promociones y contrataciones, por ejemplo. 

Gracias a estas medidas, hemos recibido tres veces consecutivas la certificación EDGE, que reconoce los logros de BID Invest y sus esfuerzos por fomentar un lugar de trabajo equitativo. Es hora de que todos invirtamos en unos nuevos lentes para ver las dimensiones positivas que se amplían cuando tomamos en cuenta la diversidad, la inclusión y la igualdad de género. 

Con información de BID Invest

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