Venezuela era considerado uno de los países con la economía más sólida de la región por poseer las mayores reservas de petróleo del mundo. Hoy se encuentra sumergida en una de las peores crisis registradas en su historia.
Las proyecciones sobre la recuperación económica de Venezuela no son claras. No existe voluntad política ni un diseño claro de medidas económicas para mitigar la crisis y dar alivio a los millones de personas afectadas.
Durante el mes de enero de 2023, se registró una fuerte aceleración de la inflación, situándose en 39,4% %, siendo superior a la registrada en el mes de diciembre de 2022 (37,2 %).
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Para febrero 2023, de acuerdo con el reporte del @observafinanzas, la canasta básica se ubicó en 388 dólares, por lo que se necesitaban 73 salarios mínimos para poder acceder a la canasta básica familiar.
La inflación interfiere en la calidad de vida de los habitantes, impidiendo el pleno desenvolvimiento y desarrollo de las personas, así mismo, vulnerando los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA).
La inflación pulveriza el salario mínimo y el poder adquisitivo de los trabajadores, razón que impide cubrir con las necesidades básicas alimentarias y que deja en vulnerabilidad a los hogares venezolanos
En Venezuela los índices de malnutrición han aumentado. Sobre todo, desde el inicio de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) en el año 2015 y que, al día de hoy, sigue afectando a todos los venezolanos por igual.
Nota de Prensa
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