La Universidad Central de Venezuela (UCV) denunció la mañana del 4 de octubre la sustracción inconsulsa de la estatua original de María Lionza, que estaba bajo su custodia. En un comunicado, el Consejo de Preservación y Desarrollo de la Ciudad Universitaria de Caracas (Copred) señaló que la obra desapareció de los galpones de la Dirección de Mantenimiento y actualmente se desconoce su paradero.
Por su parte, la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV se adjudicó el traslado de la pieza. En un comunicado indicó que el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) dictó “medidas administrativas urgentes”. Esto aparentemente con la finalidad de salvaguardar la integridad de la estatua al ser patrimonio cultural de la nación.
Aunque no especificó el sitio donde la llevaron, el ente indicó que es evaluada por un grupo de técnicas. También afirmó que pronto se dispondrá del “derecho del pueblo venezolano al disfrute y contemplación de una representación de profunda significación artística, patrimonial y espiritual”.
Por su parte, el Copred había mencionado antes en su propio mensaje que las autoridades no recibieron ningún tipo de notificación al respecto. Es de recordar que desde mediados de 2021 una comisión mixta conformada por representantes de la UCV y el régimen de Nicolás Maduro coordinan trabajos de recuperación de los espacios de la Ciudad Universitaria de Caracas.
«Es importante destacar que, previo a la movilización inconsulta, no hubo petición de instancia pública o privada para tramitar permiso de traslado de la estatua de María Lionza hacia espacios exteriores de la universidad. Tampoco informes desde ninguna institución sobre propuestas de traslado o justificaciones para su reubicación”, expresa el comunicado.
La historia reciente de la estatua de María Lionza está llena de tropiezos y pugnas entre la UCV y el gobierno venezolano. De hecho, la figura que actualmente está ubicada en la isla central de la autopista Francisco Fajardo, a pocos metros de la Ciudad Universitaria, no es la original. Se trata de una réplica hecha por el artista Silvestre Chacón por encargo de la Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de Caracas (Fundapatrimonio).
La original fue creada en 1951 por el escultor Alejandro Colina, famoso por su trabajo inspirado el folclore indígena y la exaltación de los grandes caciques venezolanos. Su propósito fue servir como pebetero en los Juegos Bolivarianos de ese año, celebrados en el Estadio Olímpico de la UCV, donde la llama olímpica ardió sobre el hueso pélvico que sostiene en manos María Lionza.
Aunque estuvo por un tiempo en las afueras del estadio, la obra era un encargo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, por lo que no formaba parte de la visión del arquitecto Carlos Raúl Villanueva para la Ciudad Universitaria aún en construcción. Por eso en 1953 se ordenó su traslado a la autopista, a pocos metros de los estadios. Allí permaneció sin problemas hasta el año 2004.
En ese momento, y ante el deterioro que presentaba la estatua, la Alcaldía de Caracas, a través de Fundapatrimonio, ordenó moverla a un taller para su reparación. Desde el principio, la intención de la gestión del entonces alcalde Freddy Bernal era reemplazarla permanentemente por la réplica de Chacón, reubicando la original en un lugar bajo mejor resguardo. Esto detonó una disputa legal con las autoridades de la UCV, que reclamaron su jurisdicción sobre la obra y rechazaron su traslado. A pesar de esto, la Alcaldía siguió adelante con los trabajos.
El 5 de junio de 2004 la estatua se partió por la mitad, quedando su torso apenas sostenido por los andamios que días antes se habían instalado para tomar el molde de la réplica. Mientras la UCV culpó a Fundapatrimonio por dañar la obra con esta intervención, la Alcaldía se excusó asegurando que había sido producto de la falta de mantenimiento sufrida por años. Al final, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) falló a favor de la universidad, que quedó a cargo de su restauración. Aun así, la Alcaldía inauguró la réplica en 2005.
Sin ver la luz
La Copred asumió la recuperación de la estatua de María Lionza, en un proceso encabezado por el reconocido restaurador de arte Fernando de Tovar. Debido a la complejidad de su ubicación, se decidió trasladar las piezas a un taller ubicado cerca de la antigua Casona Ibarra, en los terrenos de la universidad. El propio Tovar detalla en su blog que el equipo primero restauró cada mitad por separado, para luego reforzar su esqueleto con fibra de carbono. Posteriormente se unió el cuerpo y se reconstruyeron algunas partes perdidas, como la nariz y senos de la deidad, así como una de las patas de la danta.
La restauración fue un éxito y los estudios posteriores determinaron que era seguro devolverla a la autopista. Sin embargo, había un problema: sobre su pedestal ahora estaba la réplica. En su comunicado, la Copred deja constancia de todas las veces que la UCV mostró su disposición de reponer la estatua original, y todas las gestiones hechas ante las autoridades locales. Todas sin éxito, a pesar del fallo del TSJ y el reclamo de otras organizaciones defensoras del patrimonio de la ciudad. Desde entonces, María Lionza permanecía resguardada en el galpón.
“Durante los años 2011, 2013 y 2015 el Rectorado de nuestra universidad solicitó a la Alcaldía del municipio Libertador facilitar el traslado de la estatua original y desmontar la réplica que allí se encontraba. A las anteriores solicitudes la Alcaldía no emitió respuesta”, asevera.
Tomado del: El Diario.com
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