Buscan lo económico. Pacientes con enfermedades cardiovasculares buscan los lugares más económicos para consultas, tratamientos y exámenes para ahorrarse unos cuantos dólares. En centros de salud privados, tan sólo la consulta puede superar los 30 dólares.
En una clínica privada se puede conseguir una consulta con el electrocardiograma en 35 dólares, siendo un golpe duro para el bolsillo.
Los precios de la ecocardiografía espantan aún más a pacientes. En una clínica privada puede rondar los 40 dólares sólo el estudio. Lo mismo sucede con el monitor Holter o también el Mapa, que se encarga de registrar los ritmos cardíacos de los pacientes y monitorearlos por 24 horas a través de un dispositivo, ese estudio también sale en 40 dólares en privados.
En cuanto a los medicamentos para personas con enfermedades del corazón, también pueden variar los precios, según el tipo. Por ejemplo, el furosemida se consigue en Bs. 14.000.000, una cifra que representa el doble del monto de la pensión por jubilación o vejez. «Pero menos mal que a mí mis familiares me las consiguen y por eso sigo con mi tratamiento», dijo el señor Partidas.
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