Comercios de ventas de repuestos de carros viven su peor momento desde que comenzó la pandemia. Las ventas han bajado por lo menos en un 60%, lo que los obliga a reinventarse y acudir a las redes sociales y servicios delivery para mantenerse en pie.
Por María B. Jordán // LA PRENSA DE LARA
Así lo aseguró Elías Bessi, presidente de la Cámara de Importadores de Repuestos y Autopartes del estado Lara (Cidralara), quien detalló que antes un negocio podía facturar hasta 100 ventas al día, pero hoy si facturan 30 o 40 es mucho, lo que se traduce en una caída del 60% del sector “y al tener menos ventas, hay menos cantidad de mercancía”.
Bessi dijo que la ausencia de la gasolina también tiene afectado al sector no solamente porque la gente se dedica a comprar menos repuestos, sino también para el traslado de la mercancía, que en su mayoría es importada y los precios se han duplicado y triplicado, lo que también es un factor que pone en jaque a los negocios.
Ese panorama que revela Cidralara, también lo afirman los dueños y vendedores de los negocios de autopartes, quienes aseguran que un día es bueno y otro día es malo, pero sin duda alguna las ventas han bajado considerablemente. “Vean el negocio cómo está”, dijo el señor José Palencia, haciendo referencia a que el local, el cual está ubicado en la calle 42 de Barquisimeto, estaba vacío y sin clientes.
Los comerciantes dicen que el esquema 7+7 y la falta de combustible sin duda alguna los golpeó, porque trabajan una semana sí y otra no. A pesar que algunos hacen ventas por internet, no es lo mismo que tengan el local abierto y que sus clientes vean y revisen en físico lo que están llevando.
Palencia recordó como en años anteriores la gente iba y venía y no tenía descanso, unos preguntaban, mientras que otros compraban y todos los días eran buenos para el sector de autopartes, pero ya hoy eso no existe.
El señor dijo que muchos clientes hoy pasan preguntando, algunos compran una pieza para un motor, a los 15 días regresan por el silicone o por otra cosa y así van sucesivamente, y pueden durar hasta meses comprando para una misma reparación. “Antes se llevaban un motor completo de una sola vez”, explicó Palencia.
Rolan Rosendo, quien también se dedica a la venta de autopartes en la 42, dijo que “hay días en los que se vende solamente ligas de frenos, otros días viene la gente a preguntar o por otra cosa y así vamos”, pero contó que jamás se compara a las ventas que tenían en años anteriores.
La ausencia de gasolina también los golpea. “Mucha gente no tiene para rodar los carros ni para llegar hasta aquí”, dijo Rosendo, mientras que otros no lo ven como prioridad y prefieren invertir ese dinero en otras cosas.
A pesar de todo, quienes tienen un negocio de autopartes cuentan que siguen trabajando para no cerrar las puertas de su local.
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