“Compro dólares”: en auge negocio de buhoneros con las divisas

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En Catia y otras zonas populares de Caracas buhoneros compran (y algunos también venden) billetes de un dólar, la codiciada pieza monetaria necesaria para las operaciones de menudeo y que escasea en el país, dolarizado de manera informal como consecuencia de la hiperinflación.

En sectores del oeste de la ciudad se pueden observar letreros de cartón que tienen escrito «compro $» y escuchar a vendedores ambulantes anunciándolo a voz en cuello.

Los buhoneros pagan el dólar a una tasa muy inferior a la oficial y a la del mercado paralelo, donde la divisa se cambiaba por 1,87 millones por dólar a inicios de marzo. Lo compraban a máximo 1.300.000 bolívares, ganándole más de medio millón.

Este negocio se sostiene con la necesidad de los venezolanos de tener efectivo para sufragar algunos gastos que siguen siendo únicamente en moneda local, como el pasaje del transporte público y las tarifas de servicios básicos. Los bancos dan 200.000 bolívares diarios y para retirarlos hay que hacer largas colas.

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os gritos de «compro dólares»  y «dólares, dólares, dólares» se escuchan con regularidad desde distintos puntos de Pérez Bonalde y del bulevar de Catia, donde la actividad de la economía irregular supera la formal, una de las principales y más evidentes consecuencias de la recesión que registra Venezuela desde 2013. Al segundo de haber hecho su anuncio, los compradores de dólares, algunos también vendedores de simples bienes como chupetas y cigarrillos, se quedan atentos por si cazaron a algún interesado.

Me compran personas que necesitan efectivo para pagar el pasaje de la camioneta y que prefieren ahorrarse la cola del banco”, dijo una vendedora de chupetas y cigarros que caminaba por el bulevar de Catia anunciando que compraba dólares. Pagaba la divisa en Bs. 1.300.000, Bs. 577.000 por debajo del precio que tenía en el mercado paralelo en ese momento, de 1.877.000 Bs/$ en promedio. A pesar de eso, a la 1:00 pm del 2 de marzo ya había comprado 15 billetes de un dólar.

En un buen día puedo comprar máximo 20 billetes de uno. Los bolívares los consigo vendiendo las chupetas a 100 bolos (Bs. 100.000) y los cigarros a 100 y 50. También vendo 12 chupetas por un dólar».

La vendedora compra los dólares para que le salga más barato la reposición de su mercancía en los establecimientos, donde calculan los precios en bolívares a una tasa de cambio superior a la oficial y a la libre. «Las chupetas y los cigarros los compro en dólares porque en bolívares me sale más caro.

El economista Manuel Sutherland explica que cuando hay escasez de medios de pagos, estos cobran valor por sí mismos. «Como hay muy pocos billetes para dar cambio y pagar, estos billetes cobran valor adicional y sirven a muchos para pagar cosas que son difíciles de cancelar con billetes grandes, bolívares o medios electrónicos como transferencias o Zelle»

Una joven que tiene un puesto de productos básicos y chucherías en la entrada de un edificio, al borde del bulevar de Catia, no solo compra billetes de un dólar sino que también los vende y a un precio mucho más alto. «Nosotros compramos el dólar en 1.300. Te damos 1.300 a ti y tú nos das un dólar a nosotros, pero si tú vas a comprar un dólar a mí me tienes que dar 2.000 porque ya sube, aumenta tanto por pago móvil como en efectivo», dijo la mujer tomando como referencia el tipo de cambio de ese día, de 1.877.000 Bs/$.

Ahorita muchos de los buhoneros que vendemos estamos recibiendo el billete de un dólar así esté deteriorado porque lo están buscando, es codiciado. Pero hoy (2 de marzo) no estamos cambiando dólar porque no tenemos sencillo en divisas, no nos ha llegado, y tampoco tenemos para comprarlo, no tenemos efectivo en bolívares.

Otro comprador de dólares, vendedor informal también de productos básicos, tampoco tenía bolívares en efectivo para comprar el 2 de marzo billetes de un dólar. «Los necesito para dar vuelto, porque si no no vendo. La mayoría de la gente, casi el 85%, te vienen con un billete de cinco o un billete de 10, y tienes que tener sencillo para dar vuelto y si no tienes vuelto muchos se van sin comprar nada. Se quedan sin comprar y uno sin vender».

La caótica dolarización informal sigue avanzando en Venezuela, cuya economía atraviesa desde 2017 un severo ciclo hiperinflacionario que ha erosionado el poder de compra del bolívar, la única moneda de curso legal.

Los comercios han dejado de marcar en bolívares los precios de los bienes y servicios que ofrecen y ahora lo hacen en dólares, la moneda que durante 16 años del férreo control cambiario impuesto por Hugo Chávez en 2003 fue satanizada y que ahora el gobierno de Nicolás Maduro consiente su circulación.Sin embargo, las piezas que alimentan la dolarización transaccional son principalmente de 20, 50 y 100 dólares, lo que ha hecho que los billetes de uno, de cinco e incluso de 10 sean codiciados.

Nosotros no somos un mercado normal», asegura el economista Luis Arturo Bárcenas, de Ecoanalítica. «El manejo de efectivo en Venezuela siempre ha sido escabroso, oscuro y bastante difuso, y pensar ahorita que después de tantos años de haber sufrido tantas carencias podamos tener una dotación de efectivo lo suficientemente elevada es bastante duro, es impensable. El país no tiene una entrada constante de capitales ni profundidad financiera. Nuestro primer contacto con el efectivo desde 2002 fue básicamente viajes y el turismo en ciertas regiones de Venezuela».

La tasa de los camioneteros

La falta de efectivo hace insufrible la vida de los pasajeros del transporte público. La escasez de billetes venezolanos ha hecho que usuarios se vean obligados a pagarles a los camioneteros con un dólar, que lo reciben a una tasa muy por debajo de la del día.

Santiago Cabezas no tenía efectivo para pagar el pasaje desde La Guaira hasta Caracas para ir al trabajo, así que tuvo que dar un billete de un dólar que le costó conseguir. Se lo recibieron en apenas un millón de bolívares, aun cuando ese día, 22 de febrero, estaba en Bs. 1.854.883, y de este monto tuvo que regresar 300.000 para pagar el pasaje. Al final se quedó con 700.000 bolívares.

«Es terrible. Pagar de esa forma me genera pérdidas y tengo que hacerlo casi todos los días porque no hay bolívares en efectivo. Con el 7+7 es difícil ir a cajeros. Además, eso es perder todo el día y de igual forma lo que dan los bancos no cubre el pasaje diario».

Un camionero de una línea que transita por la avenida Sucre, que prefirió no dar su nombre, dijo que recibe el dólar por debajo de la tasa del día «por la escasez de efectivo».

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