Nadie quiere al bolívar. Los billetes soberanos quedaron para artesanías y confeti. Hasta el propio Nicolás Maduro, que antes despotricaba contra el dólar, usó la divisa como referencia cuando fijó los precios de 27 productos en abril.
La apertura cambiaria, que inició con la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios en 2018, aceleró un proceso de dolarización de facto que ya venía gestándose por la hiperinflación, que este noviembre de 2020 cumple tres años machacando el valor y la confianza en el bolívar.
Por Diario Tal Cual
Hoy, al menos la mitad de las transacciones se hacen en divisas. Cuando alguien recibe bolívares rápidamente busca cambiarlos por algún producto o por dólares. Incluso puede perder si espera hasta la tarde del mismo día. En supermercados, farmacias, panaderías, tiendas de ropa, peluquerías, ventas de electrodomésticos y aparatos electrónicos, bodegones, restaurantes, y hasta en los buhoneros se paga con verdes.
Pese a esta realidad, el gobierno de Maduro ha dejado claro que no está en sus planes renunciar al bolívar y dolarizar oficialmente la economía, el clamor de trabajadores públicos y de pensionados, los más golpeados por la crisis hiperinflacionaria y el fenómeno de desigualdad que ha generado el creciente uso del dólar.
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«¡Dolarizaron todo menos mi sueldo! ¡Menos mi sueldo!», gritaba una educadora ante guardias nacionales en una protesta el 21 de octubre. «Un mes de aguinaldo fue 1.500 bolívares (1,5 millones de bolívares). ¿Qué compré? ¿Ah? ¿Qué compré? Medio cartón de huevos, una harina y media mantequilla. No es justo, no es justo. Y no me voy a ir de aquí de mi país. ¡Quiero comer bien! No es posible que todas las mañanas me levante y no tenga qué darle a mis hijos. ¡No es posible! ¿Hasta cuándo?».
Trabajadores públicos, dirigentes sindicales, pensionados, la Asamblea Nacional (AN) y partidos de la oposición han pedido que se dolaricen los salarios y las pensiones.
La Comisión de Finanzas del Parlamento propuso en agosto fijar el salario mínimo en dólares y que sea cancelado de manera quincenal o semanal a los trabajadores en bolívares al tipo de cambio del día del pago, para «medianamente preservar el poder adquisitivo». El diputado Alfonso Marquina plantea que en una primera fase el monto sea 30% del costo de la canasta alimentaria, por lo que sería aproximadamente 76 dólares.
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