En un atolladero, así se encuentra el sector privado desde que el Gobierno nacional anunció la flexibilización de la cuarentena a través del esquema 7+7 que el régimen de Nicolás Maduro planteó mantener hasta enero de 2021. En el caso de Lara, desde el lunes se activaron 10 sectores económicos y no los 24 que desde mediados de junio podían laborar en las semanas donde se suavizaban las restricciones de movilidad.
Según informó el presidente de Fedecámaras, Giorgio Reni, la medida hace que las empresas que se activaron lo hagan a menos del 30 % de su capacidad instalada porque dependen de otros sectores a los que no se les permitió incorporarse a las actividades para garantizar las cadenas de productividad.
“Las empresas para que funcionen son una cadena, necesitan de proveedores que les garantice la materia prima, de organizaciones que les preste ciertos servicios para que exista una reactivación real. Así ocurre con los sectores priorizados que han laborado desde que inició la cuarentena en marzo, como el de alimentos, tampoco laboran al 100 % de su capacidad instalada”, indicó Reni.
Los sectores que tienen permitido laborar son construcción, ferreterías, industria química, bancos, peluquerías, talleres mecánicos automotrices y autopartes, industria textil y de calzado, plomería y reparaciones domésticas, consultorios médicos, odontológicos y veterinarios.
“Esta intermitencia con la que se está activa la economía produce una productividad muy baja. Las empresas que se ven más afectadas son las industrias de Barquisimeto porque la maquinaria no se puede apagar y prender como si fuera una moto, son horas que requieren para que arranque la producción. Por eso creemos que la flexibilización debe ser para todos”, soltó Eldi Montero, presidente de la Cámara de Comercio de Lara.
Los representantes gremiales han solicitado al gobierno que evalúe estos esquemas aplicados en cuarentena porque consideran que suelen ser más efectistas que efectivos para contener los contagios por covid-19. “Los casos se han disparado justo en las semanas de radicalización severa. La mayoría de las empresas formales están siguiendo las normas de bioseguridad que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mantienen un mínimo de personal en las instalaciones y atienden a sus clientes respetando el distanciamiento social, de allí no viene la contaminación, deben vigilar es donde haya más aglomeración de personas y eso se ve en los mercados populares, en los Transbarca y en algunos supermercados”, indicó.
Apoyan horario
En el caso de Lara, esta semana la gobernadora Carmen Meléndez estableció un horario especial para laborar, de 7:00 de la mañana a 4:00 de la tarde y aunque los centros comerciales no estuvieran dentro del decreto fueron autorizados por la autoridad regional.
“En el caso del Sambil, están abiertos el 71 % de los locales (168) locales”, informó el gerente general del centro comercial, Luis Suárez. Los únicos que no tienen permitido laborar es el área de entretenimiento, como el cine.
Quedan con los crespos hechos
Trabajadores de gimnasios esperaban iniciar actividades esta semana, pero la decisión del gobierno los deja a la deriva porque van a tener una quincena completa sin laborar.
Judith Bocanegra es entrenadora personal en un gimnasio del este de Barquisimeto, y comentó que la situación afecta sus ingresos salariales. “En la flexibilización los centros de entrenamiento laboraban con estrictos protocolos de biosegridad, no se han registrado focos de contagios en ningún gimnasio, esto es un duro golpe que obliga a reinventarnos”, dijo.
Con información de La Prensa de Lara.