La última revisión de las sanciones de Estados Unidos aún no le permite a las Grandes Ligas reanudar su asociación con la liga de béisbol de Venezuela, dijo una fuente, mientras los equipos locales esperan una respuesta positiva para ofrecer un campeonato más atractivo.
La temporada de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) tuvo un comienzo decepcionante la semana pasada, con estadios vacíos y la ausencia de estrellas en sus ocho equipos.
En agosto, las Grandes Ligas suspendieron su participación en la LVBP debido a que esperaban información de Washington sobre las sanciones contra el país petrolero.
Pero la situación, que impidió a los peloteros de las ligas mayores y menores de Estados Unidos jugar en Venezuela -donde la afición por el béisbol es enorme-, mostró cómo las sanciones están disuadiendo a que todo tipo de organizaciones hagan negocios con entidades venezolanas, incluso si no están explícitamente sancionadas.
La LVBP pensó que había una solución a la vista cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro emitió una licencia el 5 de noviembre que permiten a algunas compañías estadounidenses pagar impuestos en Venezuela pese al amplio régimen de sanciones de Washington contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Le hicimos llegar un comunicado a las Grandes Ligas hablando de la licencia (…) Oportunidad perfecta para que ellos levanten la suspensión”, dijo el presidente de la LVBP, Giuseppe Palmisano. “Ellos respondieron que sus abogados junto con la OFAC estaban revisando esa licencia”.
Una fuente familiarizada con el asunto, que habló bajo condición de anonimato, dijo que la OFAC había informado a las Grandes Ligas que la última licencia no tendría incidencia sobre las peticiones que ha realizado la organización estadounidense en torno a las sanciones.
El golpe generado por las sanciones se evidenció el pasado jueves cuando Leones del Caracas enfrentó a su gran rival, Navegantes del Magallanes. El juego tenía secciones enteras del estadio vacías y reporteros de Reuters compraron boletos minutos antes del juego, algo impensado en temporadas pasadas.
“En épocas anteriores cualquier persona habría hecho lo que fuera por venir a un Caracas-Magallanes. Yo invité a mucha gente hoy y me dijeron que no”, dijo Génesis Martínez, una ingeniero de sistemas de 30 años que fue a apoyar a los Leones. “Hay muchos novatos, no jugaron los que están en la liga de Estados Unidos y eso ha mermado demasiado el partido”.
Para demostrar su independencia del gobierno, la LVBP cortó los lazos de patrocinio con PDVSA, que le dio a la liga 12 millones de dólares la temporada pasada. El logo de la estatal ya no aparece en las vallas que están en los estadios.
Si bien los patrocinadores privados este año son los que realizan aportes a la liga, el presupuesto fue severamente recortado, por lo que la cantidad de juegos de la temporada se redujo de 63 a 42, señaló Palmisano.
También hubo una disminución en el número de peloteros extranjeros y los equipos jugarán series más largas entre sí para reducir los viajes. Incluso, los técnicos que habían acordado estar en la temporada se retiraron tras las medidas de agosto, agregó el presidente de la LVBP.
Pero las sanciones están lejos de ser el único problema. La hiperinflación de Venezuela ha deteriorado los salarios, lo que significa que muchos seguidores del béisbol no pueden ahorrar 70.000 bolívares, unos 3 dólares, para comprar un boleto.
“Tenemos que jugar con lo que tenemos “, dijo Luis Rodolfo Machado, presidente del equipo las Águilas del Zulia.
Con información de Reuters / Luc Cohen y Mayela Armas.
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