Claudia Solera.
Hasta ahora poco se ha mencionado sobre las tres empresas más beneficiadas en México por la venta de las despensas al Gobierno venezolano de Nicolás Maduro, a pesar de que estas compañías, a través de las cuales se comercian los alimentos, han estado envueltas en diversos escándalos en el pasado. Se tratan de El Sardinero, Rice&Beans y La Cosmopolitana.
La Cosmopolitana, por ejemplo, fue la responsable de la distribución de comida contaminada con salmonela en el penal de Puente Grande, en Jalisco, que derivó en la intoxicación de 450 reos.
El Sardinero fue sancionada por falsificar la dirección de la empresa en una licitación pública. Y Almacenes Vaca (Rice&Beans) tiene alrededor de 600 contratos por adjudicación directa con el Gobierno federal de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con facturas en poder de Excélsior, estas empresas constituidas en México se han dedicado a vender las despensas al Gobierno Venezolano en condiciones preferenciales, con pago por adelantado, al contado, en una sola exhibición y en dólares.
Cuando la Procuraduría General de la República (PGR) impuso la sanción de 3 millones de dólares a los involucrados en la red creada para comercializar despensas a sobreprecio y de mala calidad, el pasado 18 de octubre, se limitó a referir a los empresarios colombianos Álex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas, intermediarios entre México y el Gobierno venezolano, y a los representantes de Group Grand Limited (compañía que factura los alimentos al gobierno de Maduro): Santiago Uzcátegui Pinto, Andrés Eduardo León Rodríguez y Emmanuel Rubio González; pero sobre las empresas mexicanas y sus dueños que cobran millones de dólares por la venta de comida a Venezuela, las autoridades callaron.
El esquema al que la PGR calificó como “fraudulento” también involucra a compañías mexicanas. Todavía queda la incógnita de si formarán parte de la sanción.
El negocio de las despensas mexicanas ha sido tan fructífero que, de enero de 2017 a agosto de 2018, sumó más de 850 millones de dólares, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
Esta cifra de 850 millones de dólares sólo representa lo que los empresarios mexicanos cobraron a las intermediarias por el envío de más de 2.000 millones de kilos de los 11 productos CLAP, porque Group Grand Limited facturó las despensas al Gobierno de Nicolás Maduro hasta 112% más caras del costo pagado en México.
Antes de que empresarios mexicanos y el Gobierno venezolano establecieran una alianza para surtir el programa estrella de las cajas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) del presidente de Venezuela, el intercambio comercial entre ambas naciones era bastante reducido.
Y luego de esta alianza entre México y Venezuela sucedió un salto abrupto si se toma en cuenta que meses antes de la creación del programa venezolano el intercambio comercial entre ambos países estaba en niveles mínimos y apenas se registraron exportaciones esporádicas de aceite vegetal, harina de maíz y lentejas.
La leche en polvo, por ejemplo, no había sido exportada de México hacia Venezuela durante el mandato de Nicolás Maduro, hasta que se instauraron las cajas CLAP. Y en 2018 fue el producto que más ganancias generó, con 75 millones de dólares por 85 millones de kilos.
Una desconocida empresa de Monterrey llamada Grupo Brandon fue la que monopolizó los envíos de leche en polvo a Venezuela.
Información de la aduana venezolana revela que en los primeros seis meses del año, Grupo Brandon exportó casi 30 mil toneladas, solo por detrás de El Sardinero y de Rice & Beans, la otra gran ganadora en México con el programa gubernamental venezolano.
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Las familias beneficiadas en México
Las tres familias mexicanas más beneficiadas por la exportación de los alimentos CLAP a Venezuela son los empresarios Jorge Carlos Fernández Francés, presidente de El Sardinero Es Servicio, SA de CV; el empresario guanajuatense Aristóteles Vaca Pérez, dueño de Rice&Beans y Almacenes Vaca, y los hermanos Jorge y Elías Landsmanas Dymensztejn, dueños del Corporativo Kosmos y sus filiales: La Cosmopolitana, SA de CV, y Productos Serel, SA de CV.
La Cosmopolitana y Productos Serel
En junio de 2014, la familia Landsmanas Dymensztejn ya había sido multada por las autoridades sanitarias del Gobierno de Jalisco por vender comida con salmonela en el penal de Puente Grande.
Es decir, cuatro años antes de que el portal de noticias venezolano Armando.Info y Excélsior publicaran que la leche en polvo Kosland —hecha por una de sus filiales, Productos Serel— contenían bajos niveles nutrimentales y un niño para poder lograr su requerimiento diario de calcio con ese producto debería beber 24,8 vasos, en lugar de 1,8 como lo indica la norma.
Las autoridades de Jalisco sancionaron a La Cosmopolitana, SA de CV, con 331.217 pesos al comprobar su responsabilidad en la intoxicación que sufrieron 450 internos.
Sin embargo, ninguna de estas sanciones por la mala calidad de su comida ni la exhibición en prensa ni las observaciones hechas por la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) han revertido esta situación.
Desde 2011, la CNDH ha recibido quejas de los familiares de los internos del penal del Altiplano “por la alimentación de mala calidad y antihigiénica” que reciben por parte de La Cosmopolitana (en el expediente CNDH/3/2009/4415/Q), pero en la actualidad esta empresa continúa recibiendo contratos millonarios para alimentar a reos en diversos estados del país como: Ciudad de México o Baja California (La Mesa, El Hongo y el centro de rehabilitación de Ensenada).
“Te dan la comida casi echada a perder”, afirmó Roberto Robles a Excélsior, quien estuvo preso en La Mesa. La Cosmopolitana acaba de obtener un contrato de más de 143 millones de pesos (con el proceso de licitación 32065001-003-18) en noviembre de 2017, para ofrecer los servicios de alimentación a los internos de los Centros de Reinserción Social y de Adolescentes del Estado de Baja California.
Pero la mala calidad en la comida que distribuye en los penales sólo es parte de la lista de escándalos de la empresa.
Entre noviembre de 2010 y noviembre de 2011, se reveló un caso de corrupción en el que el director de Adquisiciones de Bienes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), César Mora Eguiarte, filtró información a los directivos de La Cosmopolitana y Productos Serel para ganar las licitaciones.
Para poder investigar al funcionario del IMSS, César Mora, la Secretaría de la Función Pública (organismo encargado de vigilar las actividades de los servidores públicos federales y auditar el gasto de recursos federales) abrió el expediente: DE/903/10 y lo separó de su cargo.
El propio secretario de la Función Pública de aquel entonces, Salvador Vega Casillas, declaró que César Mora enviaba el proyecto de licitación a las empresas, mientras “los proveedores a su vez le regresaban un correo, mandándole con colores distintos las cosas que debían de eliminar, las cosas que debían modificar y las que debían quedarse en la convocatoria, de tal manera que los favorecerían”.
De los 4. 623 millones de pesos que La Cosmopolitana ha recibido por contratos públicos, 2. 965 provinieron del IMSS, de acuerdo con Contratobook.
El Sardinero
El Sardinero ha sido una de las empresas más activas en el envío de las despensas mexicanas hacia los puertos de Venezuela.
Según consta en diversas tarjetas de embarque, El Sardinero se encargó de exportar al menos la mitad de las siete millones de despensas que se enviaron del 22 de febrero al 23 de agosto del 2017. Mientras que la factura SD02350, en poder de Excélsior, y emitida el 7 de julio de 2018, muestra que el negocio continúa.
Por el envío de lentejas, aceite vegetal, arroz, harina de maíz, harina de trigo, frijol negro, mayonesa y salsa de tomate, cobró en efectivo y por adelantado 14.318 dólares.
El Sardinero es encargada de conseguir a diversos proveedores en México para abastecer al Gobierno venezolano de los alimentos básicos.
Algunas de las empresas que El Sardinero ha usado para surtir las cajas CLAP, que factura, son: La Costeña, Aurrerá, Maseca, Minsa, La Merced, Abeto, La Ribereña, Clemente Jacques y Arroz Morelos.
El dueño de la compañía El Sardinero, constituida en Querétaro por Jorge Carlos Fernández Francés, tampoco se salva de tener escándalos en el pasado.
Este empresario saltó a los medios de comunicación en 2015 cuando un diario nacional revelara que, para evadir impuestos, había sobrepuesto unas placas de la Ciudad de México a un Ferrari 458 con el que llevaba paseándose por lo menos cuatro años en París, Barcelona y Roma.
La matrícula 415-SYL que usaba su auto deportivo realmente pertenecía a un Golf modelo 2003, según los registros vehiculares del Gobierno de la Ciudad de México y estaba a nombre de El Sardinero.
Mientras que el 22 de diciembre de 2014, la Función Pública sancionó a El Sardinero (oficio: PISI-A-NC-DS-0135/2014) con una prohibición de dos años cinco meses y nueve días para celebrar contratos con dependencias y entidades federales, y con una multa de 672.000 pesos por falsificar la dirección de la empresa en una licitación pública.
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Rice&Beans
El guanajuatense Aristóteles Vaca Pérez, apoderado de las empresas Rice&Beans y Almacenes Vaca, es otro de los empresarios clave en la venta de despensas mexicanas al Gobierno de Nicolás Maduro.
Luego de que la exfiscal de Venezuela, Luisa Ortega, lanzara la acusación de que Group Grand Limited pertenecía al presidente Nicolás Maduro y se denunciara ante la PGR, la compañía registrada en Ciudad de México y Hong Kong simplemente desapareció del mercado.
El 6 de abril de 2018 los representantes de Group Grand Limited enviaron una carta a la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) —ente que centraliza las compras del Gobierno venezolano— pidiendo la “cesión de los derechos financieros correspondientes al contrato CPVX-CJ-CONT-0086-2017” a la empresa Mulberry Proje Yatirim Anonim Sirketi.
Ese contrato implicaba el suministro de 11 millones 500 despensas CLAP para el gobierno venezolano. Así que Mulberry Proje Yatirim Anonim Sirketi, sociedad constituida en Besiktas, Estambul, en Turquía, terminó por sustituir a Group Grand Limited, aunque detrás de ésta continúan el dúo colombiano: Alex Saab y Álvaro Pulido.
Sin embargo, a Group Grand Limited no sólo la sustituyeron de los contratos con el Gobierno de Nicolás Maduro, también en las facturas emitidas en México.
A partir de ese momento la empresa mexicana Rice&Beans, de Aristóteles Vaca, comenzó a facturar directamente a Mulberry Proje Yatirim Anonim Sirketi, en lugar de a Group Grand Limited.
En el documento FXG13940, Rice&Beans le facturó —el 17 de julio de 2018— a la empresa turca 220.000 dólares por pasta, aceite, mayonesa, salsa de tomate, frijol, lentejas, arroz, harina de maíz y harina de trigo.
El pago, por supuesto, como se lee en todas las facturas en poder de este diario fue por adelantado, en efectivo, en una sola exhibición y en dólares.
Aristóteles Vaca Pérez se ha dado a conocer en México por ser uno de los empresarios consentidos del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Durante este sexenio priista, a través de la compañía Almacenes Vaca, Aristóteles recibió alrededor de 600 contratos por un monto de 567 millones de pesos, cada uno de estos por adjudicación directa y, a través de Diconsa (red de abasto social más grande en México, encargada de garantizar la distribución de alimentos a población en condiciones de marginación).
Este negocio de las despensas CLAP que representa más de 850 millones de dólares y en las que han intervenido diversas empresas nacionales y extranjeras, realmente es operado por un grupo selecto de empresarios colombianos, venezolanos y mexicanos que son: Álex Saab Morán, Álvaro Pulido Vargas, Santiago Uzcátegui Pinto, Jorge Carlos Fernández Francés, Aristóteles Vaca Pérez y los hermanos Jorge y Elías Landsmanas Dymensztejn.
El castigo, tres millones a la ONU
El pasado 18 de octubre la PGR desmanteló y puso fin a las operaciones del grupo de personas y empresas nacionales y extranjeras que adquirieron productos alimenticios mexicanos y los revendieron 112% por arriba de su costo en Venezuela.
Esta venta de despensas fue revelada por Excélsior el 1 de agosto de 2017, a través de una investigación conjunta con el portal venezonalo Armando.info.
Desde entonces, este diario ha documentado la mala calidad de los alimentos que entregaba un programa implementado en 2016 por Nicolás Maduro.
Israel Lira Salas, titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), informó que tras ser investigados y descubiertos los implicados llegaron a un acuerdo reparatorio en el que se comprometieron a donar tres millones de dólares a la ONU con el objetivo de ayudar la emergencia alimentaria que enfrenta Venezuela.
Sin embargo, esta cantidad ni siquiera es el 10% de lo que los involucrados ganaron por revender despensas pues, en una factura de la que Excélsiortiene copia, Group Grand Limited cobró casi 42 millones de dólares por seis millones de kilos de leche en polvo.
Casi un año antes, el 1 de agosto de 2017, Excélsior publicó que el Gobierno de Nicolás hace negocio redondo con despensas que compra a México.
En 2016 Maduro echó a andar su programa de despensas llamado Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) con el fin de frenar la escasez de comida.
Con información de Excélsior
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