Al menos ocho de cada 10 distribuidores ha cesado operaciones en el último año, según indicó Mirla Pérez, lo que se traduce en menor variedad y cantidad de mercancía y, al no haber competencia, precios más altos.
Pérez, de la zapatería Ro-Ro Fashion de Maiquetía, indica que las razones que esgrimen los proveedores es la falta de materia prima debido a las bajas importaciones. Como consecuencia, los precios han subido dramáticamente: “Sobre todo los de los zapatos escolares, que están entre mil 200 y mil 300 soberanos”, según publica La Verdad de Vargas.
Estos aumentos de precios conviven con un poder adquisitivo que apenas alcanza para comer, lo que obliga a los comerciantes a sacrificar parte de sus ganancias, como lo explica Pérez: “La idea es no cerrar, por eso hemos tenido que venir bajando nuestro margen de ganancia y así poder mantener los precios y que la gente pueda comprar”.
Por su parte, Juan Hernández, de La Estrella del Cristo, calcula que de los proveedores de bolsos, “por lo menos tres cuartos dejaron de trabajar. Estamos trabajando con lo que hay, vendiendo la última mercancía que nos queda, porque sin proveedores no hemos podido reponer inventario”. Hernández atribuye la situación a los bajos niveles de importación.