De enero hacia acá los problemas para producir crudo no sólo se han complicado para Venezuela, sino ahora PDVSA encuentra graves problemas para comercializar y manifiesta severos cuellos de botella para almacenar. La capacidad de almacenamiento de crudo de PDVSA se agota ante el retraso del zarpe de los buques cargados desde los puertos venezolanos y a la fecha hay al menos 70 buques/tanque que permanecen fondeados, destaca el economista Leonardo Vera en el informe económico quincenal-12-2018 de Carpe Diem Comunicaciones.
Sin capacidad local para despachar los envíos acordados con sus clientes, PDVSA ha propuesto cargar el crudo en alta mar, una opción que es atractiva para muy pocos clientes, señala.
Inevitablemente los despachos de crudo han disminuido y China está entre los clientes afectados. Los despachos de productos a los países del Centro América y el Caribe, donde priva una relación geo-política clave a nivel hemisférico, también han sido afectados, resaltó Vera.
Los evidentes cuellos de botella para almacenar y despachar el crudo, han llevado a PDVSA y sus socios a la estrategia de paralizar temporalmente la producción de ciertos mejoradores en la faja y desarrollar actividades de mantenimiento en aguas del país, destaca el último análisis económico de Carpe Diem.
El temor que ha elevado el embargo de ConocoPhillips a los activos de la empresa en Aruba, Curazao y Bonaire, ha forzado a PDVSA a utilizar sus más limitadas y mal mantenidas instalaciones en José (en el oriental estado Anzoátegui) y en el Centro de Refinación Paraguaná (en el occidental estado de Falcón). Es importante recalcar que estos puertos de embarque no son aptos para cargar buques de gran calado y capacidad volumétrica.
Ante los problemas en los mejoradores de la faja, MINPET y PDVSA ahora evalúan estrategias para incrementar la producción en el Occidente en campos cerrados o inhabilitados con potencial de producción.
Para Vera la experiencia en otras economías que han pasado por procesos de abandono y
destrucción de su industria petrolera, indica que el inicio de un proceso de recuperación es lento y a tasas sustancialmente más bajas a las esperadas por los voceros oficiales.