La relación directa entre el incremento de la liquidez monetaria y la cotización del dólar no oficial se puede evidenciar en una simple tabla que registre los valores del promedio mensual del dinero circulante en la economía nacional y la tasa de cambio que el llamado mercado paralelo ha otorgado a la divisa estadounidense.
Anexo a la columna de hoy un gráfico que expresa el movimiento proporcional de estas dos variables económicas, al menos desde febrero de 2015 hasta la fecha. (cuadro que quedó corto ante los movimientos de los últimos días), según reseña un artículo de opinión en el portal Venepress.
“La liquidez monetaria ascendió a 423,7 billones de bolívares al 30 de marzo, según informó el Banco Central de Venezuela (BCV). Esto refleja un incremento de 3.013% en comparación con el mismo período del año pasado. Al cierre del primer trimestre de 2018, la liquidez registró un crecimiento de 218% en referencia a enero de este año” (El Universal 08-04-2018).
La información del ente emisor daba cuenta que la autoridad monetaria había puesto en circulación “solo este año, 964,2 millardos de bolívares que representan 170,9 millones de piezas del actual cono monetario al cierre del mes de enero”.
Coloquialmente se entiende que el BCV ha multiplicado la masa de bolívares que circula en la economía y estos recursos en manos de la gente persiguen el único bien más sólido al que se puede acceder: el dólar. Independientemente de la legalidad del mercado cambiario en el que se realizan las transacciones, los venezolanos le siguen atribuyendo al dólar la confiabilidad que no les genera la moneda local. Además, ante la disminución de oferta de divisas, estas adquieren un valor mayor porque como reza el dicho “no hay bien más caro que aquel que no se consigue”.
Es así como hemos presenciado en los últimos días un verdadero desajuste en el mercado, operadores ilegales ofrecen tasas cada vez más altas por obtener la divisa, especialmente en el mercado corporativo en el cual se manejan cantidades superiores a los 10 mil dólares.
¿Hasta cuándo puede crecer el precio? En este caso depende del valor que le asigne una persona o un grupo y que esta oferta sea casada con la intención y disponibilidad de otro elemento que esté dispuesto a pagar el precio fijado.
