La hiperinflación ha hecho que los aumentos salariales ordenados por el presidente Nicolás Maduro no produzcan ni el más mínimo entusiasmo entre los venezolanos. La brecha entre los ingresos de la mayoría de la población y el costo de la vida es cada vez más grande.
La Canasta Básica Familiar en enero subió a Bs 35.392.706,24, según cálculos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM). Esta cesta está diseñada para incluir todos los bienes y servicios fundamentales para una familia de cinco miembros. Si solo dos de ellos trabajan y cobran ingreso mínimo legal (salario mínimo y bono de alimentación), para fines de mes a ese hogar habrá ingresado un total de Bs 2.615.293. Este monto es apenas 7,39% de la canasta.
Lo peor es que las últimas cifras sobre la cesta son las de hace dos meses. En febrero hubo una inflación intermensual de 67%, según la firma Econométrica. Es casi seguro que el repunte fuerte se mantenga este mes, lo que significa que para el momento en que los venezolanos terminen de verse «beneficiados» por el aumento, podrán comprar con ese dinero un porcentaje aún mayor de la canasta.