Varios actos de sabotaje contra tres de los principales pozos petroleros en el centro de Colombia han afectado más de 20% de la producción del país desde el fin de semana, informó este martes Ecopetrol.
El domingo «tuvimos varios actos vandálicos y de terrorismo en nuestras instalaciones, los que llevaron al cierre total del mayor campo del país, Castilla, y el tercer mayor campo, Chichemene», dijo a medios locales José Cotello, vicepresidente de la compañía.
Los 800 pozos de los campos de Castilla, Chichimene y CPO-9, en el departamento del Meta, suman cerca de 192.000 barriles diarios de los 840.000 que Ecopetrol produce. Aunque las autoridades no se han pronunciado sobre la autoría de estas acciones, las comunidades exigen a la empresa mayor contratación de mano de obra de la región, lo que ha elevado la tensión social.
Los bloqueos en Castilla, que comenzaron hace cinco días, se agudizaron el fin de semana con ataques de encapuchados que tomaron instalaciones, agredieron a trabajadores e incendiaron maquinaría, explicó bajo reserva una fuente de Ecopetrol, la mayor empresa del país. A raíz de los ataques, las autoridades decretaron toque de queda en la localidad homónima, donde viven unas 10.000 personas, y restringieron la movilización de motociclistas con acompañante.
Reactivar esos 800 pozos, dispersos geográficamente, es un proceso que toma de dos a tres días, y la suspensión ha provocado más de 65.000 millones de pesos de pérdidas, unos 22 millones de dólares, señaló Cotello. Unos 150 pozos, equivalentes a cerca de 35.000 barriles, ya habían sido reactivados este martes, señaló la fuente de Ecopetrol.
Colombia, cuarto productor de crudo de América Latina, después de Venezuela, México y Brasil, registró una producción de 854.121 barriles diarios en promedio durante 2017, según el Ministerio de Minas y Energía.
La estructura petrolera colombiana es blanco frecuente de atentados por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la única guerrilla activa que reconoce el Gobierno, con raíces sindicales y guevaristas. AFP