El economista Humberto García Larralde señaló que Venezuela ha experimentado una caída en los ingresos per cápita de 27% con respecto a 2013. Agregó que este indicador cerrará el año en el mismo nivel que en 1954.
Durante el foro «Perspectivas 2018» que realiza este martes la firma Econométrica, García Larralde indicó que la inflación terminará 2017 en más de 1.400%. A ello se agrega que las reservas internacionales se encuentran en su punto más bajo de los últimos 21 años.
El experto reafirmó que la economía ya había comenzado a decrecer cuando aún los precios del crudo se encontraban muy altos, y que Venezuela es de los pocos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuyas economías se contraen. Esto a pesar de que la nómina de Pdvsa se ha triplicado desde 2005.
Otra cosa que ha aumentado en los últimos nueve años ha sido la deuda pública externa: es casi cinco veces mayor. Entre el año 2017 y el año 2027 se tendrán que pagar más de 80 mil millones de dólares en compromisos internacionales. Y al privilegiar el pago de la deuda, se reducen las importaciones. El resultado: anaqueles vacíos o poco surtidos.
García Larralde recordó que la emisión de moneda nacional sin respaldo dispara el precio del dólar cotizado en el mercado paralelo. Con ello, «se ha pulverizado el valor del bolívar». Los aumentos salariales sin incrementos de la productividad no ayudan y más bien terminan siendo inflacionarios. El experto estima que se necesitan 12,3 ingresos mínimos legales para cubrir la canasta alimentaria.
Otro problema señalado por el economista es que la recaudación real del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) ha caído significativamente en 2017. Por otro lado, la banca no puede financiar proyectos importantes, ya que la capacidad financiera del sector es muy reducida. «Cuando se produzca la situación de cambio uno de los principales problemas por resolver es el sector financiero», dijo.
Auguró que las respuestas de mayor control acentuarán la crisis económica y social. Pero además, considera que los margenes para políticas de reparto y de control social se agotarán.
«Es menester el contribuir, desde la posición de cada quien, con un cambio político que abra las puertas a la reactivación de la economía», dijo. Concluyó recomendando políticas coherentes en el corto plazo para bajar las tasas, con respaldo financiero internacional, y así liberar el tipo de cambio.
