Un pequeño banco portorriqueño que venía ayudando a Venezuela a concretar operaciones en dólares dejó de prestarle servicios esta semana por preocupaciones de riesgo a su reputación, dijo a Reuters una fuente del sector financiero con conocimiento de la decisión.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro recurrió el año pasado a Italbank, una institución poco conocida con sede en San Juan, como intermediario financiero para hacer importaciones de comida y medicinas luego de que Citigroup Inc suspendiera ciertos servicios y cerrara una cuenta con el banco central de Venezuela, reseña el cable de la agencia publicado en La Patilla.
La fuente dijo que Italbank notificó a las autoridades venezolanas que ya no prestará esos servicios -conocidos como corresponsal bancario- por decisión de su comité de cumplimiento, citando sanciones de Washington que han profundizado la crisis económica y la lucha del país por pagar su deuda externa.
“Venezuela está en el ojo del huracán y consideraron que el riesgo reputacional era muy alto”, dijo la fuente que solicitó mantener su nombre en reserva.
La decisión de Italbank no afectaría los pagos del servicio de deuda externa -parte del cual ya está en incumplimiento por la demora en los pagos- porque la institución no habría servido de intermediario para esas transferencias, según la fuente.
Sin embargo, podría complicar aún más la importación de productos básicos de Venezuela, un país que no produce la mayoría de lo que consume.
Italbank, dirigido por el empresario venezolano Carlos Dorado, no quiso hacer comentarios. Y el Ministerio de Información y Comunicación venezolano no respondió de inmediato a la solicitud de Reuters de comentarios.
El banco, que opera con una licencia off shore en Puerto Rico, un territorio asociado a Estados Unidos, abrió en 2008 y dice en su sitio web que se enfoca en el mercado latinoamericano. Tiene una sola oficina en San Juan y hace operaciones mayormente en línea y por teléfono.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump prohibió este año a los bancos estadounidenses comprar nuevas emisiones de deuda de Venezuela y prohibió a ciudadanos reunirse con un grupo de altos funcionarios a los que acusa de estar involucrados en violaciones a los derechos humanos y tráfico de drogas.
En un primer encuentro con acreedores en Caracas el 13 de noviembre, el vicepresidente venezolano Tareck El Aissami dijo que unos 33 pagos, en su mayoría de alimentos y medicinas, por unos 39 millones de dólares fueron devueltos por bancos al país en días recientes, según un reporte de Torino Capital, que tuvo representantes en el encuentro.
No quedó claro de inmediato si Italbank estuvo involucrado en esas operaciones. Tampoco está claro qué otras instituciones, si es que alguna, están dando servicios de corresponsalía a Venezuela.
El país sudamericano había estado contando este año con el Eastern National Bank, con sede en Florida y propiedad en parte del regulador bancario venezolano Sudeban, para servicios de corresponsalía bancaria, dijeron Dorado y una fuente del gobierno de Venezuela en marzo.
Eastern National Bank no respondió a las preguntas dejadas en una contestadora telefónica sobre si seguía prestando esos servicios.
La relación de Venezuela con los bancos globales se ha tensado aún más por un control de cambios que lleva 15 años y obliga a las empresas a comprar dólares a través del gobierno en lugar de adquirirlos con bancos privados.
Maduro dijo este mes que el país reestructuraría su deuda externa pero también prometió continuar pagando sus pasivos.
Aunque Venezuela y la petrolera estatal PDVSA han hecho varios pagos tardíos de bonos este mes, los tenedores aún no han tomado ninguna acción porque los papeles ofrecen retornos enormes y por el compromiso del gobierno de seguir pagando.