Consideran poco probable una rebelión cuartelaria
Para la firma de análisis político Stratford, la principal preocupación para el Gobierno venezolano no es qué pueda hacer la Mesa de la Unidad Democrática, sino de qué son capaces los militares venezolanos.
La compañía reportó en un informe reciente que, por eso, según fuentes anónimas, el Ejecutivo estaría metiéndole la lupa a la FANB. «La Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) supuestamente ha comenzado a vigilar a oficiales de rango medio desplegados en las Regiones de Defensa Integral (REDI) y Zonas de Defensa Integral (ZODI) por temor a que su lealtad flaquee», se lee en el documento.
Stratford sostiene que al Gobierno preocupa sobre todo el hecho de que los oficiales en las REDI y ZODI tengan espacio para actuar y alienten a sus subordinados para que los sigan, sin el conocimiento de sus superiores. «Los comandantes de las regiones y las zonas tienen la autoridad para impartir órdenes directas a las unidades bajo su mando, y en teoría pudieran encabezar acciones militares contra el Estado, sin que el Ministerio de Defensa ni el el Comando Estratégico Operacional estén al tanto de sus intenciones. Esperando prevenir que algún día haya un alzamiento, el Gobierno ha comenzado a vigilar las idas y venidas de los rangos bajos en estas unidades», señala.
Sin embargo, para Stratford resulta improbable que los temores de una rebelión se hagan realidad. Argumenta que los intereses y las diferencias persistentes entre los uniformados serían difíciles de superar en ese caso. «Sin embargo, los líderes civiles del país serían tontos si no tratan a los militares con cuidado», agrega, debido a los sufrimientos por parte de la población asociados con una crisis económica que se agravaría en los próximos años, y los agravios acumulados resultantes.