La inflación, que según estimaciones privadas se ubica alrededor de 600%, ha pulverizado el poder adquisitivo de los venezolanos, y ello lo demuestra el más reciente estudio de la encuestadora Datos, la cual señala que 93% de los venezolanos asegura que con sus ingresos satisface menos de 50% de sus necesidades.
La cifra fue dada a conocer por el director de Datos, Luis Maturén, quien precisó que desde febrero 2016 el indicador subió tres puntos porcentuales, lo que habla de una aguda crisis para adquirir los bienes esenciales para la subsistencia.
Esta caída del poder adquisitivo -que la firma de análisis Econométrica estima en 66% en los últimos cuatro años- es la principal razón por la cual ha caído la confianza del consumidor, que se desplomó a 34% en enero después de haber alcanzado 103% en 2012. Esto significa que solo de cada 10 venezolanos estima que su situación económica mejorará en breve tiempo.
Durante su participación en el foro Perspectivas 2017 de la Cámara Venezolano – Americana de Industria y Comercio (Venamcham), Maturén detalló que 90% de los encuestados en la segunda quincena de enero señaló que su situación en “mala”, mientras que 77% estima que empeoró respecto a las condiciones socioeconómicas que tenía el año pasado.
El desabastecimiento es visto como el primero de los tres problemas más grave que enfrentan los venezolanos: 35% lo ubican como tal y de ellos 74% aseguran que el responsable de la escasez es Nicolás Maduro.
“Aunque están apareciendo productos importados, son invisibles para la mayoría de las personas porque no los pueden adquirir”, dijo Maturén, quien precisó que el segundo problema es el alto costo de la vida, con 31% de las menciones y 76% de los venezolanos acusan de ello a Maduro. La inseguridad es el tercero de los peores males, e igualmente 74% de los venezolanos culpa por ello a Maduro.
“Es unánime la opinión de que el responsable de los problemas no es el gobierno sino Nicolás Maduro”, dijo el experto.
Por otra parte, el estudio revela que 72% de la población se siente indefensa al no percibir que algún líder esté haciendo algo por mejorar sus situación, la segunda medición más alta de este indicador desde marzo de 2002, cuando alcanzó 66%.
Otro dato: 53% opina que hay muy poca libertad, una de las principales razones inhibidoras de las protestas a gran escala; una situación que está acompañada por 44% de la gente que se siente triste, 28% decepcionada y 18% frustrada. “Ninguno de esos sentimientos mueven a la protesta”, agrega Maturén.
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