David Somoza
El cuidado del medio ambiente es, sin duda, una responsabilidad de todos. Incluso, mediante pequeñas acciones podemos colaborar. Las empresas no están exentas de esa responsabilidad. Cada vez más procuran reducir el impacto ambiental que puedan ocasionar sus procesos de producción.
Sin embargo, al momento de implantar una política de cuidado del medio ambiente en las empresas, es fundamental contar con un buen asesoramiento medioambiental para realizar una buena gestión en esa materia.
Para lograr ese objetivo, las empresas implementan un conjunto de normas, reunidas en lo que podemos denominar como Buenas Prácticas Ambientales, que mejorará su imagen ante los clientes y, además, puede conllevar a un aumento en los ingresos. Al final es una ecuación ganar-ganar: gana el empresario y gana el ecosistema.
Entre Buenas Prácticas Ambientales que se pueden implementar dentro de una empresa destacan: Mantener niveles de climatización adecuados, Optimización del consumo de agua, Encender la luz solo cuando sea necesario, Apagar los aparatos eléctricos, Reciclar el uso del papel, Depositar los residuos en el lugar adecuado y gestionarlos debidamente, y Sustituir los productos con sustancias tóxicas por métodos más inocuos o ecológicos.
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Los resultados que se consiguen son sumamente beneficiosos. Podemos enumerar algunos:
* Reducción de las emisiones de CO2, que son un inconveniente para el ecosistema. Las empresas al disminuir su emanación contribuyen a preservar la calidad del aire y se evita y reduce el deterioro del medio ambiente.
* Reducción de residuos. Esto se puede lograr, por ejemplo, separando residuos (papel, plástico, vidrio y desechos orgánicos) y gestionando adecuadamente los productos altamente nocivos.
* Reducción del consumo de los recursos. Tiene un doble beneficio. Las empresas al bajar el consumo de agua, electricidad, combustibles, entre otros, contribuyen a la preservación del medio ambiente y, además, a sus finanzas: podrán observar una disminución en las cuentas a pagar de servicios públicos.
* Reducción del ruido. Con la instalación de un buen sistema de aislamiento en la empresa, es posible reducir el ruido que se genera.
Y de último, pero no menos importante, mejora la competitividad. Los consumidores al conocer sobre las Buenas Prácticas Ambientales adoptadas una empresa, suelen identificarse con esta y lo más seguro es que prefieran su producto o su servicio por encima de la competencia.
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